Después de haber rebajado de forma unilateral los precios del roaming dentro de la Unión Europea, la comisaria de telecomunicaciones, Viviane Reding ha propuesto ahora una reducción drástica de los precios mayoristas de terminación de las llamadas, es decir, de los precios que las operadoras de móvil se pagan entre sí por acabar las llamadas en su red.
Las propuestas iniciales de Reding se sitúan en un precio de entre 1 y 2 céntimos por minuto o la eliminación por completo de la figura del precio de terminación frente, por ejemplo, a los 9 céntimos que se cobra, de media, en España. Eliminar la terminación supondría que los operadores que reciben una llamada en su red no pudieran cobrar nada a los operadores de los clientes que realizan la llamada.
En nuestro país, estos precios de interconexión han estado bajando por decisión de la CMT y se encuentran sometidos a un régimen de intervención que los recortará aún más en 2008 y 2009. Para finales del próximo año, el precio para los tres grandes operadores se igualará a la baja en 7 céntimos por minuto.
Uno de los argumentos que esgrime Reding para aplicar su proyecto es una intención armonizadora, puesto que es verdad que existe una gran dispersión en este tipo de precios en Europa en función de los criterios que aplique cada regulador nacional y que oscilan entre 2 y 16 céntimos por minuto. Pero la realidad es que las grandes diferencias se dan en los países pequeños y periféricos. Los cinco grandes mercados están mucho más cercanos entre sí, con precios que oscilan entre los 6 y los 8 céntimos por minuto.
Actualmente, y teniendo en cuenta nuestro mercado nacional, para Movistar, los ingresos por interconexión le suponen cerca del 16% del total, sin embargo, para Yoigo, operadora nueva y con pocos clientes, le suponen en torno al 30% de los ingresos.
De ser aprobada esta propuesta, los precios de las llamadas deberían caer de forma significativa, sobre todo los de aquellas llamadas que se realicen entre operadores con distinta red.
La experiencia en nuestro país, nos dice que estas bajadas de precios no se han producido, más bien al contrario ya que cuando a las operadoras les limitan los ingresos en un determinado aspecto, suelen responder con subidas de tarifas generales como la que se produjo cuando se les obligó a facturar por segundos y en consecuencia, aumentaron el establecimiento de llamada.
Deberían obligar a las operadoras a establecer tarifas orientadas a costes, es decir, que si la tendencia es que a ellas, una llamada les cueste menos, que al cliente también le cueste menos.
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